Sobre un tronco de como 30 metros, conocido como ‘el palo sagrado’, danzaban los indígenas para pedirle a los dioses una buena cosecha desde la época prehispánica y de esta forma alimentar a su pueblo. Suben a él cinco danzantes: cuatro son los puntos cardinales y un líder que personifica al sol.
Al caer darán 13 vueltas, 52 entre los cuatro, que simbolizan la aparición de un nuevo sol. Frente a la Parroquia de San Francisco, no te lo pierdas.
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